"El gobierno cubano crea vía para Donar"


El gobierno cubano acaba de establecer las vías para efectuar las donaciones tanto nacionales como aquellas provenientes del extranjero. Se han distribuido cada ayuda en razón de su especie, ya sean moneda nacional o divisa, o bienes materiales para ser recibidas por las diferentes instancias estatales. Pero he ahí el centro de la crítica internacional: todo debe pasar por las manos gubernamentales.

Tatiana Viera Hernández, vicepresidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular, declaró: 

“En caso de ser bienes materiales –dijo– la persona debe presentarse, en horario laborable, en el almacén del centro de donativos ubicado en la Ciudad Escolar Libertad, frente al rectorado de la Universidad de Ciencias Pedagógicas, donde llenará los documentos de rigor y se le informará el destino de su contribución.
Si es moneda nacional, el trámite puede realizarse en cualquier sucursal del Banco Metropolitano y solicitar hacer el donativo para la cuenta aniversario 500 de La Habana, especificando que es con destino a los afectados por el tornado. Para cualquier otra moneda lo establecido es acudir a una filial del Banco Financiero Internacional y puntualizar que el depósito va dirigido a la unidad bancaria Giraldilla de La Habana.
Los donativos son enviados a los gobiernos municipales, encargados de su distribución según las prioridades.”

De este modo el Estado cubano se las ingenia para controlarlo todo, incluso en estas situaciones de desastres. Todo queda centralizado, de manera que bajo este régimen quedan excluidas las ayudas directas. Cada institución recibirá las ayudas que quedarán en las diferentes cuentas, y luego serán enviadas las donaciones a los diferentes gobiernos municipales, que serán responsables de “distribuir según las prioridades.”

Las preguntas no se hacen esperar: ¿qué prioridades? ¿quién establece esas prioridades? ¿bajo qué presupuestos se determinan esas prioridades?

La comunidad internacional y las organizaciones no gubernamentales de ayudas, principalmente aquellas que radican en Norteamérica, se encuentran con un profundo pesar y total descontento no solo por lo ocurrido, sino por las disímiles limitaciones que el gobierno cubano ha impuesto.